jueves, 4 de abril de 2013

Payasadas: Monas de pascua con coulant de chocolate y calabaza



Lo siento, pero no soporto las masas secas. Igual que mis tartas son húmedas y los bizcochos jugosos, las monas de pascua no pueden ser menos. Así que, ni corta ni perezosa, me he puesto a cambiar unas cosas por aquí, otras por allá y al final no sé si los puristas me condenarán por sacrilegio, pero al menos he conservado la pinta de mona (jeje…).

Para empezar, la masa no es la tradicional de mona. Ésta es más blandita y un puntito más dulce, sólo un puntito, pero lo suficiente para que tengas claro que no la vas a acompañar de la longaniza de pascua (otra tradición de temporada por estos lares). Y para terminar, el huevo que lleva contiene un engaño sorpresa, así que a nadie se le ocurra estamparlo en la frente de algún confiado.

Todos los años pico comprando alguna mona. No es el dulce que más me apasiona, pero hay tradiciones que me parecen simpáticas y familiares. Desde luego hay panaderías donde las hacen riquísimas, pero no es la norma. Así que estas pascuas decidí adaptar la receta a mi antojo. Y, aparte de la masa, otro detalle que me suele decepcionar es el huevo. No acabo de entender que pinta un huevo duro y seco acompañando una masa ya de por sí seca. Así que como no me apetece comérmelo, acabo dándoselo a mi padre para que se lo coma con comino y sal, después de estampárselo en la frente a mi hermano, claro está. La versión de huevo de chocolate no me apasiona mucho más. Me parece que pega más, pero me da para poco al estar hueco, además de que no suelen ser chocolates de mucha calidad.

Para hacer el cambio que marcara la diferencia me inspiré en un post que vi hace tiempo. La autora había preparado la cena para sus amigos y para postre les sorprendió sacando a la mesa una huevera con huevos. La primera reacción fue sorpresa y seguramente decepción, pero pronto descubrieron que su anfitriona no les había fallado y escondían deliciosos brownies cocinados en su interior. Decidí que yo también iba a cocinar dentro de las cascaras de los huevos, pero en mi caso los rellené con coulant de chocolate, con otro extra: ¡Bajo en calorías!

Finalmente quedé muy contenta con el resultado. Una cremita de chocolate con la que untar la masa de la mona. Que además era baja en calorías porque en lugar de mantequilla (uno de los ingredientes principales delos coulants), lleva puré de calabaza. ¡Ahora sí que son perfectas las pascuas!



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