miércoles, 15 de mayo de 2013

La Dulce Elena en 3D: Tarta de cumpleaños de chocolate, fresa y merengue




Últimamente parece que el nombre del blog se deba más a lo empalagosa que me pongo al hablar de las personitas que llenan mi corazón, que por la repostería en sí. Me gusta que el blog fluya de forma natural, sin un esquema muy marcado, de modo que habrá post más técnicos, otros más descriptivos y en otros abriré una ventanita a mi mundo, ya que la comida y las celebraciones van muy unidas en mi familia. Pero, para no ser cargante, espero conseguir un equilibrio entre lo técnico y lo sentimental, y que las ideas que ponga os parezcan interesantes a la par que tiernas.

Ya os avisé hace un par de artículos (y el que avisa no es traidor), que me guardaba cosas que contaros sobre la visita de mi hermano (el diseñador de este blog). Así que hoy toca un poco de babas antes de hablar de cocina.

Ya que mi hermano no puede pasar por casa siempre que quiere, aprovechamos para celebrar su cumple por adelantado. Este año quería agradecerle todo lo que me impulsa a desarrollar esta afición, que él está seguro que será profesión en un futuro cercano (hasta tiene pensado el diseño de mi local). Y quizá tenga razón, ya que con dos años y medio más que yo, siempre ha sabido darme buenos consejos, siempre ha sido mi referente. Él es una de las personas más inteligentes y brillantes que conozco, un lumbreras que lejos de ser aburrido es un divertido Peter Pan. No he podido tener guía mejor.

Empecé eligiendo el diseño de la tarta, ya que iba a ser mi forma de enviarle un mensaje, y pensé que no podía ser otro que el cupcake que me dibujó para que fuese el logo de este blog, pero en formato tarta grandota. La guinda sería una figurita de mazapán de él mismo dando un simpático besito a la tarta.

Para que imagen y contenido fueran en consonancia, decidí hacer una tarta de fresa, porque los colores que iba a utilizar eran rosa y azul. Al tratarse de un cupcake en tamaño industrial lo primero era ver qué tipo de frosting tenía la consistencia suficiente para no desmoronarse y que no quedara muy pesado al ser una capa tan grande.

Como ya he utilizado dos anglicismos que no todo el mundo tiene porque conocer, os los explico para que nadie se pierda por el camino. Cupcake es un tipo de pastel en miniatura. Vamos, una magdalena con un gorrito de crema encima. Y ese gorrito de crema, es el frosting, que es el término americano que se da a la cobertura de las tartas que puede ser de distintos tipos. El frosting más típico está elaborado a partir de mantequilla y muuucha azúcar. Si en el formato reducido ya me entra un tic en el ojo al segundo bocado de esta mezcla, no quería ni imaginar el efecto que tendría toda esa mantequilla cubriendo una tarta. Mi frosting iba a ser de merengue italiano, no tan dulce ni pesado.

En comparación con el frosting tipo buttercream (crema de mantequilla), el merengue es menos dulce, pero aún tiene un puntito fuerte, así que decidí utilizar como base un brownie de chocolate intenso, que además casa muy bien con la fruta. Brownie en lugar de bizcocho porque el merengue tiene consistencia espumosa y prefería una base más sólida. Preparé una compota de fresa y separé en tres partes. Una la colé para utilizarla para decorar el merengue, a otra le añadí licor para regar el brownie y con la parte más grande unté dos capas de la tarta. Además preparé una crema de chocolate que utilicé para hacer otra fina capa y cubrir la tarta.

Como me sobró masa de brownie, compota y merengue, hice la versión reducida, en la que no había capa de chocolate ni riego. Me vino de lujo hacer dos formatos distintos para poder hacer una comparación de resultados y seguir evolucionando en la cocina. Y he de decir que el segundo quedo más rico porque la versión con riego era, a mi parecer, demasiado dulce (tomo nota para la siguiente).




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